Muchos de los componentes de los carros fallan o cumplen su vida útil en un tiempo establecido por el fabricante. Esta guía le ayudará a estar atento a futuros daños.
Presta atención al desgaste
de estas 7 piezas de tu vehículo
Un automóvil está compuesto por diversos elementos mecánicos, eléctricos y electrónicos que tienen diversas funciones para que el carro opere de manera confiable y segura.
Muchas veces estos elementos fallan o cumplen su vida útil en un tiempo establecido por el fabricante. Aunque también pueden durar más en el tiempo, según el buen trato y la técnica de operación. Estas son los de mayor rotación.
La batería
Además de encargarse del sistema de encendido, la batería alimenta los sistemas eléctricos cuando el vehículo está detenido, como los seguros, la radio, las luces o la pantalla multimedia. Por eso es que la duración de este elemento suele ser más corta en los carros modernos que en los más antiguos, pues los primeros tienen más elementos que requieren el uso del acumulador si se somete a un uso prolongado de estas funciones.
Si estamos en una congestión, de noche y está lloviendo, la batería cubrirá la electricidad requerida por los limpiaparabrisas, el aire acondicionado o las luces, pues el motor no está aportando al alternador toda la potencia que necesita el propulsor.
La duración media de la batería de un vehículo moderno es de tres años como máximo, aunque puede producirse un desgaste temprano por falta de atención en su uso. Si se fuerzan los ciclos de arranque o si se le añaden elementos eléctricos que requieran un amperaje superior, así como el permanecer durante un periodo de tiempo inactiva, provocarán su precoz descarga.
No se deben someter a temperaturas extremas y prestar atención si nos está dando problemas, porque puede provocar un fallo en el arranque, un elemento que suele ser costoso en los automóviles recientes.
Los discos y pastillas de frenos
Son uno de los elementos de los que más debemos estar más pendientes. Estos pueden durar también unos tres años de uso, pero todo depende del kilometraje recorrido y del uso que se le de. Si usted es de los que se “para” en el freno cada tanto o en los descensos prolongados no se ayuda de la caja para mantener una velocidad prudente, las pastas le durarán menos del promedio. Con los estándares y materiales de fabricación actuales, estos componentes pueden tener una duración desde los 50.000 hasta los 110.000 kilómetros. El calor excesivo, la fricción constante y la presión que se les ejerza desde el pedal son sus mayores enemigos. También, si el auto se desplaza en ciudad, necesitará frenar más y acortará su vida útil.
Los filtros
El de aire puede durar unos 20.000 kilómetros o cuando se cumple un año de uso del automóvil. Mientras más suciedad tenga que atrapar, menor será su duración.
En zonas urbanas puede estirarse más su vida útil, pero si transita por áreas polvorientas, con carreteras destapadas o donde existe mayor índice de contaminación, sus propiedades se verán reducidas, taponarse e impedir el completo flujo de aire al interior del motor, lo cual afecta la combustión, aumentando el consumo de gasolina, reduciendo la entrega de potencia e incrementando el nivel de emisiones contaminantes a la atmósfera.
El filtro de aceite se encarga de limpiar de impurezas el líquido más vital para el motor, el que mantiene las piezas lubricadas y evita su fricción y desgaste para que duren más. Es imperativo que sea sustituido con cada cambio de aceite y la periodicidad de este procedimiento está dada en el manual de cada fabricante. En cualquier caso, nunca se debe dejar que pase de los 10.000 kilómetros de uso.
Para el filtro de gasolina se tiene una duración aproximada de unos 60.000 kilómetros o unos cuatro años de uso, según los promedios que se manejan, de unos 15.000 kilómetros al año. Especialistas recomiendan hacer este cambio al recorrer 30.000 kilómetros, pues las impurezas del combustible pueden afectan el sistema, el cual podría obstruirse, forzar la bomba y causar un daño de grandes proporciones y gastos.
Las llantas
En el desgaste de las ruedas influye mucho la calidad del neumático, el uso que se le da al vehículo, por donde se conduce y hasta en qué climas se utiliza. La recomendación es ponerle al carro unas que sean de marca reconocida y que respeten las medidas propuestas por el fabricante.
Para una buena llanta, unos 40.000 o 50.000 kilómetros son suficientes para aportar seguridad y buenas condiciones de uso. También hay que poner atención a su fecha de fabricación, impresa en el costado de la banda de rodamiento, pues si están muy viejos pierden cualidades y se vencen. Se recomienda que sean de la misma marca y medidas, así como iguales categorías de uso en las cuatro llantas, es decir que tengan similares índices de carga y velocidad
Los amortiguadores
Estos elementos de la suspensión hacen parte del sistema de confort y seguridad en un automóvil. En promedio, comienzan su desgaste hacia los 30.000 kilómetros de uso y van perdiendo rendimiento hasta cumplir su vida útil, generalmente tasada en unos 60.000 kilómetros. Cuando comienzan a emitir ruidos o a mostrar inestabilidad es síntoma de que deben ser reemplazados.
También conviene tener en cuenta que siempre se deben cambiar al mismo tiempo los dos amortiguadores del mismo eje.
La correa de distribución
Es la encargada de asegurar la sincronización entre la fase de admisión de la mezcla aire-gasolina y el movimiento de las válvulas con la rotación del cigüeñal y el movimiento de los pistones. Suele ser es un elemento del motor al que no se le pone mucho cuidado, pues sus intervalos de sustitución son más espaciados.
Debe cambiarse preventivamente y para esta maniobra debe consultarse el manual del vehículo pues cada fabricante asigna una vida útil específica para este aditamento. Entre los 40.000 y los 60.000 kilómetros es lo recomendado y si en un lapso de tres años nos cumple este recorrido, también se sugiere la sustitución por tiempo, ya que se puede cuartear o cristalizar.
Si la correa de distribución se rompe se produce una parada del motor y daños irreversibles. Los pistones llegan a tocar las válvulas y estas se doblan, se tuerce el árbol de levas, la parte superior de los pistones resulta dañada y quedan las bielas dobladas. La reparación es costosa, de varios millones de pesos.
El embrague
No existe un kilometraje o un periodo de tiempo concreto que determine el cambio. Cuando se comience a notar que no opera correctamente, es hora de intervenirlo. Es un proceso costoso y necesario. Se conocen casos de embragues que duran más de 150.000 kilómetros y otros que no llegan a los 10.000. Todo, por métodos de manejo que los desgastan, como conducir con el pie izquierdo sobre el pedal o demorar mucho el recorrido entre cambio y cambio.
Un automóvil que realice muchos trayectos por ciudad, con paradas y arrancadas constantes, tendrá más posibilidades de gastar el embrague que otro que circule habitualmente por carretera.
Tomado de:
https://www.elcolombiano.com/
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