Según estudios, los conductores jóvenes pueden tomar decisiones con mayor rapidez, pero esto no significa que siempre sean las correctas.
Según la Organización Mundial de la Salud, las personas mayores, junto con la población discapacitada y la infantil, son el grupo más expuesto a la accidentalidad y por lo tanto, deben recibir atención permanente en las estrategias de seguridad vial.
Las estadísticas indican que a partir de los 65 años de edad se considera un alto riesgo dentro de la seguridad vial debido a los comportamientos que el conductor y peatón presentan. Además, en caso de accidentes, las lesiones suelen ser más graves y el período de recuperación más largo que el de persona más jóvenes.
Pero también es cierto que la madurez como conductor se va desarrollando de acuerdo con la experiencia y responsabilidad que la persona tenga al volante, actitudes que están ligadas a la edad. Es decir, de acuerdo con los estudios, la madurez se adquiere cuando un conductor determina a partir de situaciones de riesgo, nuevas formas positivas al conducir.
Dichos estudios de seguridad vial, realizados entre otros por organismos como la Dirección General de Tráfico de España (DGT), definen la madurez como el estado en el cual la persona alcanza su plenitud de vida y es responsable de todos sus comportamientos. Estas características, aplicadas a la conducción, están ligadas con la edad y la experiencia.
Y concluyen que la madurez en la conducción está directamente relacionada con la experiencia, pero es importante entender que un conductor, cuando está en su etapa de aprendizaje, debe adquirir buenos hábitos que reflejarán en el futuro una conducción segura. Y además, que es importante entender que, aunque se tenga experiencia en la conducción, no se pueden olvidar los peligros a los que se está expuesto en la vía; por lo tanto, el exceso de confianza puede ser contraproducente.
La edad y la conducción
Para efectos de estudio, en el mundo se considera joven a la persona cuya edad oscila entre los 18 y los 24 años, aunque existan conductores de edades entre 16 y 18 años, pero que en muchos países –por razones de ley– no se les autoriza la licencia de conducción.
La ventaja de los jóvenes conductores es que tienen excelentes cualidades de tipo psicológico y físico para la conducción. Es poco frecuente que padezcan enfermedades que puedan dificultar la conducción (pérdida de la visión o la audición); y por otra parte, gozan de cualidades psicológicas, como excelente capacidad de anticipación o una buena coordinación bimanual (volante y cambios), lo cual los hace especialmente aptos para desarrollar con eficiencia la tarea de conducir.
No obstante, las estadísticas internacionales muestran que los conductores principiantes sufren accidentes de tránsito en los que no se ven involucrados otros vehículos con una frecuencia 10 veces mayor que los conductores con más experiencia.
Vía:
http://www.motor.com.co