1. Conoce los riesgos que supone
En condiciones normales, un automovilista tarda un segundo en reaccionar ante un imprevisto. Fatigado, puede llegar a tardar el doble. Esto significa que si circula a una velocidad de 120 km/h recorrerá una distancia de 66 metros antes de pisar el freno o girar el volante.
La fatiga está presente en las tres primeras causas de accidentes mortales: las distracciones al volante, las infracciones de las normas de tráfico y la conducción a velocidades inadecuadas.
2. La regla del 2
Por mucho que te guste, conducir es una actividad que cansa. El cuerpo y la mente están en tensión, y se hace necesario hacer un alto cada dos horas o cada 200km (150km en el caso de los motociclistas) para descansar y volver a coger el carro en las mejores condiciones posibles.
El Coordinador de Seguridad Vial de RACE Antonio Lucas advierte de los riesgos de conducir en estas circunstancias. “Llega un momento en el que dejas de percibir la sensación de velocidad. Aumenta en un 62% las posibilidades de que tengas un error de percepción no sólo de velocidad, sino también de distancia.”
También es importante parar el tiempo suficiente. Como mínimo el descanso sea de 15 minutos, aunque lo ideal es que sea de media hora. “El cuerpo, después de estar varias horas en una misma posición, se resiente y tiene que recuperar el tono físico”, explica Lucas. “Hay que estirar los músculos y las piernas dando un pequeño paseo”.
3. Bebe agua y refrescos con azúcar
Otra de las grandes recomendaciones para evitar la fatiga al volante. Hay que beber, y hacerlo con mucha frecuencia, evitando siempre las bebidas y refrescos con alcohol.
La sed es el primer síntoma de la deshidratación. Hay que beber lo suficiente como para que esta señal no aparezca”. Pero la falta la deshidratación tiene muchos otros efectos sobre el organismo: dolor de cabeza, fatiga muscular, distracciones, sensación de cansancio generalizado, etc.
El conductor debe tener a mano una botella de agua en todo momento y beber varias veces cada hora, incluso si no tiene sed. Así podrá mantener un óptimo rendimiento físico y mental al volante. También ha de aprovechar los altos que haga en el camino para tomar un refresco o zumo, ya que la glucosa que contienen estas bebidas permite mantener la atención y conseguir un tiempo de respuesta un 26% más rápido. El café y otras bebidas con cafeína ayudan a mantener la atención al volante, pero hay que tomarlas con moderación.
4. No inicies un viaje después de trabajar.
Trabajar cansa, y este desgaste físico y mental se añade a la fatiga que genera la propia conducción.
Lo recomendable es dejar el automóvil preparado la noche previa al desplazamiento y dormir lo suficiente. Este descanso no debe ser inferior a las siete horas, de lo contrario se triplican las posibilidades de sufrir un accidente en la carretera.
Los últimos kilómetros del viaje son los más peligrosos. Al cansancio acumulado a lo largo de todo el trayecto se añaden las prisas provocadas por las ganas de llegar al destino. Esto puede generar muchas distracciones. Hay que mantener la calma en todo momento, no fijarse una hora de llegada, y nunca conducir más de ocho horas al día.
Los síntomas de la fatiga.
Un conductor debe saber reconocer las primeras señales de la fatiga. Presta atención a estos síntomas:
- Somnolencia.
- Sensación de sed y sequedad en la boca.
- Pérdida de concentración.
- Ardor y pesadez de ojos, visión borrosa.
- Zumbido en los oídos.
- Calambres y dolores musculares, fundamentalmente en la espalda.
- Sensación de pies y brazos dormidos.
- Necesidad de moverse en el asiento para estar cómodo.
- Reacciones lentas o inseguras al volante.
- Variación involuntaria de la velocidad.
- Dificultad para recordar los últimos kilómetros recorridos.